miércoles, 10 de septiembre de 2014

Entrégate Capitulo 5


CAPITULO 5


—Jaejoong, ¿estás seguro? Mira que después no hay vuelta atrás...
—Ya lo sé, tía. Y sí, estoy seguro. Adelante —le digo, intentando sonreír. El salón de belleza de mi tía Sandara está instalado en el garaje de su casa, en el barrio de la Unión. No es la primera vez que me pongo en sus manos. Confío en ella, porque siempre he quedado satisfecho con los resultados de mis cambios de look, aunque al verlos en retrospectiva cada vez que alguna alma despiadada sube una foto mía a Facebook, tengo ganas de matarme. He sido rubio, moreno, pelirrojo. Hasta he tenido mi etapa de mechones cafés. Ahora me doy cuenta de que era el otro Jaejoong experimentando.
—Cortito, entonces —me insiste, insegura.
La verdad es que no lo estoy del todo, pero asiento con cara de convencido. Ella suspira y me pone la bata. Antes de empezar, le doy la espalda al espejo.
—No quiero presenciar el acto vandálico, tía Dara. Que sea una sorpresa —le digo, guiñándole un ojo. Ella niega con la cabeza. ¡Es tan parecida a mi madre! Los mismos gestos de desaprobación, la misma clase de suspiros resignados, la misma sonrisa triste.
Y eso que no es viuda, como la Insoportable Geum Min.
Dara está casada desde hace al menos treinta y cinco años con un carpintero simpático, que empina el codo con más frecuencia de la que debería.
—Ay, Jaejoong. Piénsalo un poco más, se te ve hermoso tu cabello largo
ANTES

—¿De por si tiene cara de niña, mamá?  Y con el cabello largo mas! —dice mi primo Ji Han, entrando al salón.
—¡Ji Han! ¿Cómo se te ocurre? —lo reprende su madre, abriendo y cerrando peligrosamente las tijeras. Pero él no se acobarda y suelta una carcajada mientras exclama:
—¡Si es verdad! Jaejoong tiene cara de niña y lo peor es que es hermoso!
Me muerdo el labio para no reír ante sus locos comentarios, pero no lo logro. Su madre lo  persigue a revistazos y, cuando regresa, parece que está resignada a cumplir mis deseos.
El cabello cae sobre mi regazo como lluvia negra y por un momento siento al arrepentimiento queriendo anidar en mi corazón. Pero no se lo permito. Siempre he odiado mi pelo. Ni lacio, ni rizado. Es liso en las raíces, comienza a ondearse sin remedio. O solía hacerlo, porque ahora esos rizos están arremolinados en el suelo. No me gusta el cabello indefinido, igual que mi vida. Así que ha llegado la hora del cambio. Basta de ondas rebeldes, bienvenido el corto asimétrico que creo que me sentará de maravilla. Tía Dara sacude la bata y luego me pasa la brocha con talco por el cuello.
—Listo.
—Ahí voy.
Me doy la vuelta y mis ojos se abren como platos. No digo nada, pero se nota a la legua que me gusta lo que veo.
DESPUÉS


—Tiene razón Ji Hanie. Tienes una cara tan femenina y con el cabello corto te ves un poco mas varonil .
Me pongo de pie y me observo, mi tía exagera... No tengo la cara tan de mujer pero si tengo rasgos delicados. Yo no tengo la culpa de haber nacido con una cara algo bonita, pero no soy muy guapo... Ay, el modesto Jaejoong. Una de las virtudes que mi madre admira y que yo me esfuerzo por demostrar. Y lo hago, hasta que Jaejoong el atrevido me dice «¡Hipócrita!» al oído y no tengo más remedio que reconocer que me encantan mis rasgos hermosos y femeninos Y mi cintura, mis caderas, mi culito que desafía la gravedad y que se mantiene tercamente igual que a los dieciocho. Me gusta mi rostro pequeño, mis grandes ojos oscuros y mi sonrisa. Y también mi flamante corte de pelo. Me vuelvo a un lado y a otro y, aprovechando que tía Dara está barriendo y no me observa, me lanzo un beso. Pero mi risa muere de golpe cuando en el espejo creo ver dos misteriosos y cautivadores ojos cafés evaluando mi figura. Es una fantasía recurrente en los últimos días. Aparece cada vez que miro mi reflejo en cualquier superficie espejada. El encuentro en el ascensor me desequilibró de veras y a medida que pasa el tiempo, en lugar de volverse un recuerdo desvaído, se intensifica y me altera cada vez más. Cierro los ojos y lo imagino detrás de mí. Inspiro hondo cuando siento que se acerca y me deleito ante la expectativa de cuál será el próximo paso. ¿Me volveré en sus brazos y me comerá la boca como fantaseé anoche, justo antes de dormirme? ¿O sólo me tenderá un pañuelo blanco para que me seque las lágrimas? ¿A quién tendré hoy? ¿Al caballero o a la fiera? La respuesta la tengo al sentir sus manos en mi pecho, pellizcando mis pezones sin piedad, y están tan endurecidos y tengo que resistir el deseo de tocármelos. ¿Para qué, si él lo hace por mí...? ¡Y qué bien lo hace! Mi cuerpo le responde ansioso. Echo las caderas hacia atrás para sentirle el bulto y me muerdo el labio para no gemir. Su pelvis sale a mi encuentro y me estremezco al imaginar cómo se mueve, cómo se frota contra mí... Es como si bailáramos una danza sensual, cargada de erotismo, un anticipo del placer que nos espera. Aún con los ojos cerrados, me paso una mano por el pelo recién cortado, acaricio mi rostro y me muerdo el meñique para no gritar. Él acerca su boca a mi oído y susurra...
—¡Jaejoong! ¿Estás bien, querido?
Ay, tía Dara. Qué manera de derribar mis castillos en el aire de un puntapié. Si casi siento tu pantufla metida en mi trasero. La Inoportuna Dara es igual que la Insoportable Geum Min. Siempre listas para aguarme los sueños. Mi corazón aún late agitado. Me pasa con frecuencia desde el martes pasado cada vez que lo recuerdo, cada vez que lo imagino, cada vez que lo deseo. Y hacía mil años que no me pasaba... Al menos no con alguien real.
—Estoy bien, tranquila. Buen trabajo, tía —le digo sin mirarla.
Y cuando me acerco al espejo para acomodar unos mechones, me doy cuenta de que aún tengo los pezones como piedras. Lo único que falta es que entre Ji Han y haga algún comentario malintencionado. Me cruzo de brazos mientras intento pensar en algo que me desestimule, pero es demasiado tarde, porque la fiera ahora vive en mí y no se detendrá hasta saciarse.
 Fumo y entre volutas de humo le sonrío a los ojos cafés que continúan en el espejo, igual de inquietantes, igual de bellos. Bienvenido a mis fantasías, hermoso. Y bienvenida la lujuria a mi tranquila existencia, porque nunca me he sentido tan vivo...Soy tan descuidado que he perdido la lista. Pero me acuerdo claramente de cuál es el siguiente objetivo. Señor Jung Yunho, abogado. Tengo que llamarlo. Sé que debo hacerlo porque es una de las metas que nos planteamos con Changmin, aunque la verdad es que no tengo ni las más mínimas ganas. Odio verme envuelta en temas legales, sin embargo sé que no puedo evitarlos toda la vida. Y al pensar eso acude a mi mente la palabra «divorcio», pero la desecho al instante. Una parte de mí aún se aferra a lo que fui... Llamar al abogado no es una tarea simple, sobre todo cuando uno no cuenta con un dispositivo para hacerlo. Primero lo primero. A comprar un móvil se ha dicho. Pregunto por el modelo que tenía antes y que desapareció en el accidente, pero me dicen que esos ya no existen. Me ofrecen una infinidad de equipos y elijo uno muy sencillo, aunque con conexión a Internet. Me preguntan si quiero recuperar mi número y les digo que sí. Definitivamente, una parte de mí se aferra a... Mejor me lo planteo la semana que viene en terapia. Ahora tengo que llamar al abogado. Ignoro los mensajes que me aparecen en la bandeja de entrada. Son demasiados y por un momento me arrepiento de no haber pedido un número nuevo. Sobre todo cuando veo como remitente a Yuu en varios de ellos. No, no es el momento aún de enfrentar esa parte de mi vida.
Marco el número que Changmin me dio. Nada. Marco de nuevo y ahora sí, me responde una voz profunda entre jadeos.
—¡Hola!
Noto muy agitado al picapleitos ¿lo habré pillado in fraganti? Sonrío con picardía, pero mi voz es todo lo seria que debe ser en estas circunstancias.
—¿Señor Jung Yunho? —pregunto cauteloso.
—Sí. Dígame —me dice con sorpresiva calma.
—Lamento si he interrumpido su...
¡Qué estúpido! No tengo idea de cómo continuar la frase, pero resulta que no es necesario, porque él me interrumpe a mí, impaciente.
—Al grano, joven.
—Señor —lo corrijo innecesariamente sin saber por qué.
—Lo que sea. Lo escucho.
Me está poniendo nervioso el abogado este. No me parece que sea muy cortés tratar así a un potencial cliente, aunque él no sabe que lo soy, y no lo sabrá si no se lo digo.
—Mire, señor Jung, me ha dado su número el doctor Shim Changmin...
—¿Quién? —pregunta con aspereza.
—Shim Changmin
—No tengo ni idea de quién es —afirma seco.
Esto se está poniendo difícil. Está claro que no es un buen momento para él. La debe de tener dentro de alguien y es sabido que cuando los hombres utilizan una cabeza, la otra se resiente.
—Es el terapeuta de su hija.
—Ah, sí, continúe.
Parece que al señor se le ha encendido la luz. Seguramente la ha sacado y por eso esa repentina lucidez. Hombres...
—Bueno, el tema es el siguiente. Hace dos meses me atropellaron en la calle y...
—No es mi especialidad.
¡Mierda! ¿Qué clase abogado es? ¡Ni siquiera me ha dejado decirle que necesito saber si han archivado el accidente como intento de suicidio! No puedo creer que alguien pueda ser tan descortés.
—¿Perdón? No le he dicho nada y usted...
—No me especializo en indemnizaciones por accidentes de tráfico. Anote el número de uno de los socios del bufete que presido.
Me arden las orejas de lo furioso que estoy, pero Jaejoong el Obediente no me hace caso y toma un bolígrafo al instante.
—¿Y en indemnizaciones por despido tampoco se especializa?
—Vaya al Ministerio de Trabajo. Para eso no necesita un abogado.
—¿Ah, no? —le digo con ironía—. ¡Seguro que en el ministerio se afanarán en demostrar que sabían que estaba embarazado antes de despedirme...!
Pero él ni se inmuta.
—¿Despido abusivo? También hay un profesional que se ocupa de esos casos en mi bufete. ¿Tiene papel y lápiz, «señor»? —me dice con estudiada frialdad.
—¿Y usted de qué se ocupa, abogado? ¿Hay alguna necesidad que cubra «su especialidad»? Me refiero a una que no tenga que ver con quedarse sin aliento y responder una llamada jadeando...
Listo. Lo he dejado a el. Lo he dejado hablar, así se quita las ganas. Es que Jaejoong el Osado me está susurrando maldades al oído desde hace rato. Y, además, este hijo de puta se lo merece. Uy, parece que se ha quedado sin palabras. No habla, pero sí respira. Y más agitado que antes. Jaejoong ha jugado con fuego. Jaejoong ha tentado al demonio. Jaejoong aferra con fuerza el bolígrafo y se prepara para un rosario de insultos. Es que Jaejoong esta vez se ha pasado de la raya. Y de pronto me da pena. O me asusto. O ambas cosas.
—Lo siento. Le pido disculpas por haber dicho esa tontería.
No dice nada. Sé que no ha cortado porque aún oigo su respiración.
—¿Señor Jung? ¿Está usted ahí? De verdad, le pido perdón. Es que estoy algo nervioso, pues temo que hayan archivado el accidente como intento de suicidio. Eso me perturba mucho y si a eso le sumamos su irritante actitud...
—Mi irritante actitud —repite.
—Su irritante actitud —reafirmo inmediatamente.
—Señor, a ver si nos entendemos. Estaba jugando un partido de squash y recibo su llamada. Escucho pacientemente cómo me enumera casos que, sinceramente, me parecen demasiado para una sola persona. O es un fabulador profesional o un pájaro de mal agüero, y no sé cuál de las dos opciones es la peor. Intento ayudarlo y usted me insulta. ¿Logra captar lo que subyace en mi «irritante actitud» o se lo explico con dibujos? —me dice el muy sinvergüenza, dejándome con la boca abierta. A mí, y a Jaejoong el valiente, que ahora no lo parece en absoluto.
Fuego, fuego en las mejillas, fuego en el estómago. Me desconozco. La fiera de ojos cafés destapó la caja de Pandora. Miles de emociones afloran sin control y en lugar de mortificarme por eso, vuelvo a tener la sensación de estar más vivo que nunca. Y a pesar de todo, me pongo a llorar.
—¿Hola?
Pobre, debe de estar anonadado. No todos los días debe de recibir la llamada de un neurótico que lo insulta y luego llora. No digo nada y ahora es él quien insiste en hablarme.
—¿Se encuentra bien?
Suspiro. Estoy más que bien. Las lágrimas me purifican el alma...
—Disculpe. Mi vida en los últimos tiempos se parece mucho a una película de terror. Lamento haber interrumpido su partido de... lo que sea. Ahora, ¿aún querrá darme los números de sus colegas?
De verdad, necesito tachar esto de mi lista...
Joder. No sé por qué se me ha ocurrido mencionar esto último. No tengo filtro estos días. Desde el encuentro en el ascensor, estoy verdaderamente de atar.
—¿Tiene una lista? —pregunta cauteloso.
—Olvídelo. Tengo papel y lápiz, lo escucho...
Cuando me dicta los números, su voz parece haberse suavizado.
—Señor Heo Young Saeng por el tema laboral y señor Kyu Jong por lo del accidente,
—¿Correcto? —le digo, para corroborar que lo he anotado bien.
—Correcto.
—Bien. Le agradezco mucho su atención y le pido disculpas de nuevo.
—No hay problema
—Espero que su hija no esté tan loco como yo. No todas los pacientes del doctor Changmin somos así, creo —le suelto de pronto, sin motivo para hacerlo.
—Le aseguro que ella no está «tan» loca, pero quizá lo estaría si le hubiesen pasado tantas cosas. Buenas tardes, señor...
Me sorprende la respuesta. El Abogado Malvado no es tan malvado. Y me cree.
—... Kim —le digo simplemente. —Y gracias de nuevo.
—Ha sido un placer —me responde.

Y hay algo en su voz que me hace vibrar de una forma que no esperaba. Corto de prisa. Es evidente que estoy demasiado sensible, pues oír la palabra «placer» dicho con una voz tan masculina, me excita de un modo inusitado. Caja de Pandora... Fiera de ojos cafés, ¿qué has hecho de mí?.


XD la cosa esta por iniciar(?) gracias por leer y comentar ^^/

4 comentarios:

  1. aaaw JaeJoongie me encantabas con tu cabello largo, pero asi corto también te ves guapo ^^

    ay Jae!! el encuentro en el ascensor te ha dejado super sensible, y aunque el abogado Jung en un momento se ha portado indiferente a la final se suavizó.

    aaaaaw mis bebes hacen aparición como abogados Saeng y Kyu ^^

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  2. jae se veia hermoso con el cabello largo! umm
    y mientras sea con yunho no importa cuanto se desate su lado lujurioso jajaja mendigo yunho como le habla asi ps e,e
    gracias x la actu!

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  3. Cabello largo o corto jae se ve hermoso ** la llamadita telefonica fue tan divertda jajaja valla forma de iniciar .

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  4. ...jae cambio.de look super...esa llamada y lo que jae pensaba XD!!!! Que manera de iniciar esto promete ^~^

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